Las primeras críticas que hemos podido
leer sobre su última película, "El Gran Gatsby", de la que es protagonista junto con
Leonardo DiCaprio, no son muy buenas pero hoy, más que de sus cualidades
interpretativas, vamos a hablar de su "presencia". Es que, con independencia de sus muchos aciertos como actriz en el cine, puede considerarse una de las it girls del momento.
Carey no destaca por sus looks de calle pero, sin embargo, si hablamos de sus elecciones para asistir a los diferentes eventos profesionales para los que se le reclama, encontramos algunas claves que os queremos comentar.
Primeras apariciones en la alfombra roja
Su primer papel importante fue para el film "Orgullo y Prejuicio" en el año 2005, dirigida por el muy brillante Joe Wright, un cineasta clave en la renovación audiovisual de los últimos años. Allí, una jovencísima Carey compartía protagonismo con su archifamosa compatriota Keira Knightley. Desde luego, Carey tiene olfato para relacionarse con creativos que buscan la diferencia.
Ya en 2009 protagonizó "An Education", una
película estupenda dirigida por la danesa Lone Scherfig ("Wilbur Se Quiere Suicidar", "Italiano Para Principiantes"), con guión del gran escritor británico Nick Hornby ("Alta Fidelidad", "Un Niño
Grande") en la que destaca el vestuario de Odile
Dicks-Mireaux, reflejando muy bien el ambiente conservador y
puritano de la Inglaterra de posguerra.
Como la misma diseñadora de vestuario dice en
una de las entrevistas promocionales de la película hay tres vestidos
claves. El primero es este little black dress combinado con
un abrigo blanco y un toque de leopardo.
Y, por último un vestido sin mangas con brocados
dorados, muy a lo Jackie Kennedy.
Ese estilo naif con aire retro lo traslada en
paralelo a sus looks de alfombra roja como en el Festival de Cannes de 2010.
Aquí la vemos asistiendo a la premiere del film de Oliver Stone "Wall Street 2: Money Never Sleeps", junto con el co-protagonista y entonces su
novio, vestida de Azzaro
con cuello joya tan MUST en ese momento. Este largometraje, de nuevo con la estrella Michael Douglas a la cabeza del reparto, le reportó también muy buenas críticas.
En la rueda de prensa la vimos con traje de Rouland Mouret.
Y así, alfombra tras alfombra, llegamos al
típico delirio audiovisual en el que Baz Luhrmann ha convertido el clásico de
Scott Fitzgerald, "El Gran Gastby". En este caso, el vestuario
pertenece nada menos que a Miuccia Prada. Seguro que ha hecho las delicias de
Carey, a juzgar por las veces que elige esta marca para lucir en sus outfits.
Ella viste Prada, pero también Prabal
Gurung, Lanvin, Vionnet, Valentino, Roland Mouret, Proenza Schouler,
Nina Ricci, Azzaro o Miu Miu son habituales en su armario. Sus últimas
apariciones este mismo mes incluyen un Balenciaga en la Gala del Met de NY
a principios de mayo.
En el Festival de Cannes repitió con este
jumpsuite de Balenciaga.
O con un vestido rosa palo de Dior.
Y este último domingo volvía a aparecer en el
mismo festival de Cannes para la promo de la última película de los
hermanos Coen -su buen olfato para elegir directores- con este Chloé de la
colección Otoño-Invierno 2013/2014 en color negro. Sólo se puede decir que la
elección no pudo ser más correcta.
Acabamos por donde empezamos. Carey Mulligan es una profesional tan clásica y sólida como actual y atrevida en sus performances, un equilibrio por el que nosotros sentimos especial predilección. Y posee un glamour diferente y único a la vez que
sofisticado y, claro está, no exento de ciertas dosis de riesgo.